Se considera a un niño o niña con capacidades diferentes, cuando tiene dificultad para seguir el mismo ritmo de aprendizaje del grupo y no llega a cumplir con la currícula escolar de acuerdo a su edad y su proceso evolutivo. Por lo tanto estamos ante un niño o niña que necesita una escolarización y soporte especial, ya sea a nivel individual o grupal. Pero, no solo los niños con capacidades especiales necesitan este soporte, sino también hay infantes que superan el límite normal. En este caso necesitan trabajar actividades que ayuden a potenciar su alto rendimiento académico.
Los alumnos con discapacidad física, motora, psíquica, trastornos graves de conducta, autismo, trastornos de la personalidad y superdotados, deben integrarse en un sistema educativo ordinario y estar dentro de un sistema lo más normalizado posible.
Hay que tener en cuenta que los servicios y ayudas pedagógicas tienen que ser adaptadas al caso de manera individual y con objetivos específicos, que van desde los temporales a los permanentes. En casos muy severos están los centros especiales ya sea para discapacitados psíquicos, sensoriales o motores, graves trastornos del desarrollo o deficiencias y retraso mental severo y profundo, hasta trastornos de personalidad relacionados con paranoias, psicosis y autismo severo. En todos estos casos hay que hacer adaptaciones muy específicas y de manera permanente, ya que en la mayoría de estos alumnos la autonomía es escasa.
En las escuelas ordinarias de primaria que tienen niños y niñas con necesidades educativas especiales, la plantilla docente es la misma, pero cuentan con el soporte de fisioterapeutas logopedas y auxiliares técnicos educativos. En las escuelas de secundaria están los psicopedagogos y pedagogos terapéuticos en audición y lenguaje y también en la parte científico-tecnológico y lingüístico-social. Sus funciones serán: la evaluación psicopedagógica, la prevención y detección de dificultades, así como problemas de desarrollo personal de aprendizaje del alumnado. Igualmente los profesores tutores tienen un papel importante a la hora de hacer el seguimiento del alumno con capacidades especiales.
En cuanto a los centros de educación especial los profesionales que trabajan con ellos son fisioterapeutas, logopedas, auxiliares técnicos educativos, psicólogos/pedagogos y trabajadores sociales.
Recuerden que todas estas adaptaciones son para trabajar en el niño la autonomía personal y social. Un niño con autonomía es un niño capaz de integrarse sin ningún problema en el grupo de la escuela, sube su autoestima, mejora sus relaciones sociales, se siente seguro en todo momento y se adaptará a las normas del entorno.
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